Por motivos de seguridad, los sistemas operativos móviles vienen con un sistema de permisos bastante cerrado que impiden que el usuario, u otros usuarios no autorizados, consigan acceder a zonas del sistema a las que no deberías acceder para garantizar tanto la seguridad como el correcto funcionamiento del dispositivo. Como no existe el software perfecto, Android también cuenta con una serie de fallos de seguridad que permiten ganar permisos dentro del dispositivo, pudiendo ejecutar paquetes y programas como “superusuario”, aunque en la mayoría de las ocasiones no sabemos a qué nos exponemos.
Hacer root a los dispositivos Android se ha vuelto cada vez en una práctica más habitual. Debido a la facilidad de este proceso cada vez son más los usuarios que se animan a habilitar estos permisos avanzados para poder realizar configuraciones avanzadas en el sistema o ejecutar aplicaciones que necesiten acceder a elementos que, por defecto, no son accesibles para los usuarios, por ejemplo, los datos o configuraciones de las aplicaciones.
Existen numerosas formas de conseguir los permisos de root. Ya sea mediante código malicioso como a través de un exploit es posible aprovechar los diferentes fallos de seguridad de Android para conseguir ganar estos permisos. Debido al gran número de fabricantes y de versiones modificadas de Android el número de fallos y vulnerabilidades potenciales es enorme.
Según un estudio, un dispositivo con permisos de root es mucho más susceptible a ataques de malware que permiten a piratas informáticos tomar el control del dispositivo y comprometer los datos de los usuarios que uno que no tenga los permisos de superusuario desbloqueados. Los ataques informáticos pueden venir de diferentes formas, aunque por lo que se ha podido demostrar, muchos de los exploits instalan también puertas traseras (backdoors) ocultas en los dispositivos para que, además de root, el pirata informático pueda tomar el control del smartphone cuando quiera o lo necesite.
Hacer root a un smartphone no es otra cosa que un ataque informático. Según afirman los investigadores de seguridad, es la primera vez en la historia de la informática en la que los propios usuarios realizan ataques informáticos contra sus propios dispositivos para obtener un control más completo sobre ellos sin importarles la seguridad.
El peligro del root reside en que, si nosotros mismos somos capaces de conseguir estos permisos de superusuario en Android para tomar el control total del dispositivo, otros usuarios también serán capaces de hacerlo, por lo que deberíamos pensarlo dos veces antes de comprometer la seguridad y nuestros datos, evitando hacerlo si de verdad no es totalmente obligatorio.
Tener permisos de root sobre un dispositivo Android, obviamente, tiene sus ventajas, por ejemplo, el control total sobre las aplicaciones, posibilidad de borrar aplicaciones no deseadas o instaladas por el fabricante, personalizar ciertos elementos, utilizar aplicaciones como Titanium Backup o Greenify, el uso de módulos Xposed, etc. Son muchas las ventajas, sin embargo, ¿merece la pena correr el riesgo?
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